Adorado y buen Señor, una noche más ha llegado a mi vida y te doy infinitas gracias porque me permitiste gozar de un día que, aunque tuvo sus altibajos, siempre contó con tu presencia indicándome que no estaba solo en el camino y que siempre me sostienes con tu diestra victoriosa. Al caer la noche, Señor amado, quiero darte las gracias por un día lleno de tus bendiciones, porque pusiste un plato de comida en mi mesa, porque me diste un sustento para proveer a mi familia, porque hay un techo que me resguarda del frío y sobre todo, porque puedo regresar con los míos, sano y salvo. Gracias, mi Dios amado, porque es a través de ello que puedo comprender lo grande y bendito de tu amor. Muchas gracias por amarme tanto, Padre mío, gracias por cuidar de mi familia y porque, aunque sé que no tengo grandezas, tengo más que suficiente para pode vivir tranquilo, confiando en tu Divina Providencia. Ahora, que la soledad de la noche me acompaña, Dios eterno, levanto mis brazos al cielo y clamo a t...