Bendito Señor, Dios todopoderoso que has permitido que el día de hoy tenga un espacio para hablar contigo, me dispongo a estar en Tu santa presencia con la alegría de saberte mi Padre y mi Creador, tan perfecto en Tu obrar y tan grande en Tu amor. Cuánto amor puede existir en Ti, Padre santo. La humanidad, Tu más grande creación, te debe todo a Ti. Cada logro, cada éxito en la vida lo hemos alcanzado porque nos has iluminado con Tu luz de sabiduría. Y entre tantas otras cosas, Dios mío, me faltan las palabras para alabarte. Has logrado que mi vida tome un rumbo nuevo, has permitido que vea todo con ojos nuevos de bondad y paciencia. Sin Ti, Padre mío, reconozco que no podría ser feliz a plenitud. Sin Ti, Señor de bondad, nada de lo que ahora existe para mí tendría sentido. Santo Señor, solo a Ti quiero bendecirte y adorarte por el resto de mi vida. Todo lo que hay en mi vida gira en torno a Ti, Señor. Mi familia gira en torno a Ti, mis amigos, mi trabajo, mis anhelos, todo está bajo...