Padre de bondad, me dirijo a Ti con la confianza que Tú, como padre bueno, siempre motivas en tus hijos. Quiero postrarme frente a Ti, poder contarte todo aquello que alegra mi corazón, así como las preocupaciones que no me permiten estar en paz y las dudas que me aquejan constantemente. Deseo estar en tu presencia divina, mi Señor, pues es ahí donde siempre encuentro el descanso necesario para volver a la lucha de la vida con energía renovada. Por eso siempre es un placer hablar contigo, siempre será un privilegio, mi Dios, disponerme ante tu presencia. Tú me conoces, mi Señor, Tú sabes lo que tengo en la mente y en mi corazón, pues no hay nada que pueda esconderte. En este día yo vengo ante Ti porque tengo algunas dudas en mi corazón, algunas preocupaciones que me quitan el sueño, que me distraen de mis actividades y que hoy quiero dejar frente a Ti. Amado Señor, quiero tener un momento en tu presencia para que derrames sobre mí, tu inspiración divina. No es fácil, Dios bendito, po...