5 Pasos para pedir auxilio al Señor en momento de crisis

¿Cuántas veces te han dicho que no hay solución para tu problema? ¿Qué no tienes chance? Nosotros declaramos en nombre del amor de Dios que todo se puede ¡Sí, aunque lo hayas escuchado más 100 veces, pues 101 veces Dios ha obrado!

Es un hecho que la crisis llega a tu casa y se instala como un huésped inesperado, pero puedes tomarlo como esos que vienen de viaje, a quedarse solo por un tiempo corto y que pronto se irá. El asunto es que si estás listo para recibirlo.

Para esto, te brindamos estos 5 pasos para que no dudes en correr a su auxilio:

1. Reconoce con franqueza “Algo anda mal en mí”

No te avergüences de tu estado de crisis. Si lo enfocas por el lado positivo, es una oportunidad apropiada para preguntarnos muchas cosas y así poco a poco ir colocando cada una en su lugar y tiempo. Pero antes tienes que aceptar con toda sinceridad, si es posible mírate frente al espejo, reconoce que necesitas apoyo.

2. ¡Necesito que me ayudes por favor!

Luego de aceptar lo que realmente te pasa, tienes que pedir ayuda. Dependiendo la personalidad que puedas tener, se te hará más sencillo o complicado, pero lo importante es que no te hundas solo en tu mar de lágrimas. Pide ayuda de una profesional. No te permitas vivir en soledad, tienes personas dispuestas a hacer lo que sea por verte bien, por consolar tu corazón. ¿Quién te inspira más confianza?

3. Recuerda que muchos están en tu posición

No eres el único que sufre, y que sufre por lo mismo. Existen muchísimas más personas que no saben cómo afrontar un momento de crisis. Esto te ayudará a no pensar de que Dios solo permitió ese dolor en ti y no en los demás, eso desarmará tu fe y te desgastarás más la mente.

No te nos desmayes y enfrenta con madurez, para que puedas ser luz para los demás y tener empatía. A través de ellos encontrarás la mirada de Dios que buscabas.

4. Sal de tu burbuja

Realizar actividades como viajes, paseos, salidas, deportes o cualquier cosa que pueda generarte alegría, son importantes para conservar las esperanzas. La creación de Dios fue hecha solo para ti, para que en ella también puedas refugiarte en su misericordia. Además de que te despejarás los pensamientos, te brindará calma y te devolverá las ganas de seguir adelante.

5. Ora, ora y ora

Para cerrar con broche de oro, porque estamos seguros de que es el más importante de todos los pasos. Orar es hablar con el corazón, mientras sientes que tu cruz está siendo más liviana para tus hombros, es saber cómo en el silencio, Dios consuela tu corazón, lo llena de gracia y plenitud para ser fuerte en la debilidad. 

Deseamos que estos pasos puedan dirigirte hacia los brazos de Papá Dios, que está a la espera de tu corazón, de escuchar tu voz y darte el mejor de los consuelos. Si aún no estás pasando por ninguna crisis, esto te servirá para que cuando te quiera sorprender, estés listo para aceptarlo con fe. ¡No tengas miedo!