Tu salud mental no puede estar en cuarentena: 7 Consejos para cuidarla con el amor de Dios

Vivimos una situación muy complicada. No entraremos en más detalles, porque casi todo está dicho. Estamos alertas ante cualquier dato informativo o desinformativo, también manteniéndonos en constante cuidado de los correctos protocolos de higiene y desinfección.

Por más que nosotros sepamos que Dios es el único que tiene el poder de controlar toda clase de situación, esta situación también pone a prueba nuestra salud mental, que es tan importante como la espiritual y corporal.

Y si a diario nos enseñan la manera de cuidar nuestro cuerpo con algunas rutinas de desinfección, aseo, entre otros. De la misma manera se debería de compartir rutinas que puedan mejorar nuestra salud mental y así sobrellevar esta situación de riesgo.

Hemos reunido estos consejos desde el punto de vista del amor de Dios para ti, para que los practiques y luego lo hagas con tu familia o tus amigos más cercanos:

1. ¡Cuidado con el exceso de información!

Ante esta situación difícil es entendible que quieras estar en constante actualización de las leyes, los nuevos protocolos, las rutinas, los remedios caseros y demás. Pero si esto se vuelve una carga para tu mente, el consumo excesivo de toda esa información puede jugar en contra.

Controla la información que llega a ti, ponte límites. Puedes ver la tele por un momento o el celular, pero luego déjalo. Quedarse todo el día leyendo tragedias que no puedes resolver por tus propios medios, te hace daño. Cuidate y cuida a los tuyos, sigue todas las recomendaciones y únete en oración por el control de esta situación.

2. Reconoce la realidad

El misterio de lo desconocido nos causa preocupación, miedo, incertidumbre. Si eres una persona que sufre de ansiedad, esto debe de elevarse a una potencia de 10.

Lo que estamos viviendo es una realidad que primero debemos de aceptar, también reconocer los pensamientos que de inmediato llegan a nuestra mente. Y antes de que llegue a convertirse en una acción: espera. No te adelantes a lo que ahora estás viviendo, aún no está pasando, tranquilo. Dios siempre está contigo y, pase lo que pase, nunca te desampara, aférrate de tu mano y reconoce que las cosas han cambiado, que debes cuidarte y tener la fe puesta en sus manos.

3. Uno, dos, tres… Respira

Puede sonar gracioso, ya que es algo que hacemos cada segundo de nuestras vidas. Pero ¿te has puesto a pensar si lo haces correctamente en estas situaciones de angustia?

Ahora pasas la mayoría del tiempo en casa, busca un lugar más privado y realiza una pausa, respira lento y profundo. Cuando te des cuenta de que te vas calmando, podrás continuar con tus actividades. Haz la prueba, te sentirás mejor. Junto a esas respiraciones ve realizando una oración en tu mente, verás que Dios te dará la calma que tu corazón necesita.

4. Contempla el hoy

De la mano de la angustia, viene el gran miedo de saber qué pasará luego. Pero como dijo el cantante Luis Enrique: “Yo no sé mañana, si estaremos juntos, si se acaba el mundo…”. Si no tienes la seguridad de mañana poder estar con los tuyos o de seguir trabajando, ¿por qué no inviertes ese tiempo de estar pensando en el futuro y tratas de vivir, realmente vivir lo que hoy Dios te ha regalado? No dejes pasar los momentos que hoy te tocan vivir, buenos o malos, todos tienen una enseñanza. Si no lo haces, a tu miedo futuro se le sumarán los remordimientos del pasado que desaprovechaste.

Dios lo dice en su Palabra, en Mateo 6, 34: “Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.”

5. Distanciamiento no es abandono

Estamos acostumbrados a la necesidad afectiva, porque es una muestra de amor en un abrazo eterno y reparador, un beso de protección en la frente, un apoyo tomado de las manos. Y ahora que tenemos que dejar de hacerlo porque es un riesgo, nos sentimos un poco abandonados, o eso es lo que nuestra mente nos quiere hacer creer.

Si bien es cierto que todo lo mencionado es importante, no lo es todo. El amor es una decisión y si tienes personas que te aman, no te van a dejar porque ya no puedan verse, al contrario, nos tenemos que aislar porque es la mejor forma de cuidarnos ahora. Y si te aman, y los amas, buscarán nuevas formas de no perder el contacto, de escuchar sus voces y verlos ahora con el bendito internet, gracias a Dios ¿Ves que no es tan complicado?

6. No pierdas tu espacio personal

El ser humano es un ser social por naturaleza, pero no deja de ser individual, por lo tanto, no debe descuidar su propio espacio. Más aún si la convivencia en casa se torna un poco intensa por algunos problemas que siempre existen, puede que eso afecte tu estado mental y te sientas cansado.

Es importante compartir en familia, pero crea un tiempo para estar solo, haciendo lo que te gusta, estudiando, leyendo o escuchando un poco de “música tele transportadora” como a veces decimos, sube a tu azotea y toma un poco de sol para bajar la tensión del momento.

Alaba a Dios, lee su Palabra, realiza oración o meditación, Dios te muchos recursos para que entres en un encuentro personal con Él, no te preocupes porque Él te sostiene en todo momento.

7. Cumple tus horarios

De trabajo, de estudio o de actividades del hogar, cumple con lo que te has propuesto en el tiempo establecido, así no se te acumulará. Si eres un paciente medicado, no olvides seguir las instrucciones que te han dado para equilibrar tu estado. Puedes ayudarte de una lista pegada en tu pared o alguna alarma desde tu celular.

Recuerda: Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. (Romanos 8, 28). No te desanimes, las cosas pronto pasarán, pero ahora es momento de mantener firme nuestra fe y seguir estos consejos serán de mucha ayuda para ello. ¡Dios te bendiga!